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lunes, 28 de septiembre de 2020

5º1ª Biología. Prof Pizzarelli

Escuché por ahí que tenemos una ADN paleolítico rodeado por una burbuja de cultura

Cambio biológico y cambio cultural.

En su libro the buying brain el doctor A. K. Pradeep cuenta 4 pequeñas historias muy logradas para explicar la diferencia o más bien la similitud de la vida cerebral de nuestros primeros ancestros hace 100000 años y nuestra vida hoy.


Viajemos en el tiempo y observemos tu vida hace 100000 años. Te despertás la sabana africana un día muy seco, con el sol en la cara. Tenés hambre y frío. Tu cerebro orientado por objetivos (tu nuevito cortex prefrontal comanda al cuerpo a buscar y encontrar lo que más necesita) te empuja a salir, a conseguir comida. Agarrás tu lanza, también nuevita, y te alejas de tu refugio. Tus niveles de ansiedad aumentan, tus sentidos están alertas, tus oídos monitorean todo tipo de ruido que escuchas a 360 grados. Tus ojos escanean, tu nariz olfatea del olor de otros animales, agua y plantas. Tu garganta está muy seca y todos tus músculos están tensos y preparados. Tu respiración es rápida y tu ritmo cardíaco, elevado. Dos horas más tarde, tus ojos, oídos y nariz te alertan. Algo se está moviendo detrás de los pastos altos. De pronto una cola aparece y de inmediato a la mirada de un leopardo se cruza con tus ojos. En una velocidad alucinante tu cerebro calcula el próximo paso. El leopardo es más rápido que vos. ¿Deberías escapar? ¿Deberías luchar? Tu lanza es mortal y tenés mucha hambre, en milisegundos la decisión está tomada. El leopardo también tiene hombre, Y ves su determinación mientras se te acerca agazapado y te muestra sus dientes. Sus bigotes se mueven mientras entra en estado de máxima alerta. Toma la decisión y se te abalanza. Ustedes son dos predadores mortales con mucho hambre. Sólo uno sobrevivirá. Tu corazón bombea fuerte, tu cuerpo transpira y tus músculos tiemblan mientras avanzas en este escenario de vida o muerte. La pelea fue corta pero sangrienta. Estás herido pero volverás a tu refugio con tu lanza. El leopardo está colapsando y tu cuerpo segrega endorfinas; la hormona de "me siento bien", qué te produce una sensación de euforia. Cargas el leopardo en tu espalda y caminas algunos kilómetros hasta tu hogar. Ahuyentando cuervos y hienas que te quieren robar la comida. Te recibe la gente de tu tribu con alegría; preparan un festín y limpian tus heridas. Aquí el circuito cerebral de recompensa se enciende, y la sensación de orgullo y deber cumplido se establece profundo en tu psiquis. Esto te impulsará a que salgas a cazar algún otro día.

Física y emocionalmente exhausto, te entregas a un sueño reparador. Un nuevo día amanece.


Mismo cerebro hoy, siglo 21...


Esta mañana te despertás con el sonido de tu alarma digital. Estás calentito y cómodo. En lugar de focalizar la búsqueda de comida para asegurar tu supervivencia examinás la heladera para ver qué opción de pocas calorías te conviene. Muy rara vez o nunca la búsqueda de un sustento es tu motivador principal para comenzar tus actividades. Pero tu cerebro primitivo todavía siente una compulsión por cazar, entonces eleva la misión del día a un escenario de vida o muerte. Chequeás tu e-mail y te das cuenta de que un proveedor te acaba de mandar una carta documento. Exactamente cómo te sucedió en la hambrienta sabana africana, la ansiedad aumenta, te pone tenso y súperalerta. El cerebro te urge la búsqueda de alivio. Agarrás en celular y la computadora y comienzas tu viaje en auto al trabajo. Sentado dentro de tu auto, en el tránsito de tu ciudad, tu cerebro se siente amenazado. Las bocinas suenan todo al mismo tiempo y tu amígdala, parte del cerebro que responde al estrés, se prende fuego. Tu presión sanguínea aumenta y tu corazón va más rápido. Todo tipo de mensajes publicitarios en la autopista te seducen y te invaden sin cesar. Prendes la radio. Cayó la bolsa. Tu sentido de seguridad se ve amenazado otra vez. Reaccionas cuando un auto trata de pasarte por donde no debería. Te enojas y no lo dejas pasar haciendo una maniobra automovilística digna de un maestro del volante, a riesgo de romper tu auto. Llegaste al trabajo y estacionas. En el estacionamiento un grupo de jóvenes transpirados y temblorosos tratan de robarte la computadora, el celular y la plata. Tu instinto de supervivencia entra en juego. Gritás y tratás de moverte entre los jóvenes. Confrontados por vos, ellos ahora están tan enojados como desesperados. No sólo quieren tu compu sino también tu vida. Tu corazón se sale por la fuerza de los latidos y tus músculos tiemblan. Justo llegan dos guardias de seguridad, y los hombres se escapan. Colapsas en alivio. Horas, días y semanas más tarde, tu cerebro va a revivir toda la escena. Vas a soñar con ella todas las noches. Tu umbral de miedo ahora es más bajo y tu seguridad se ve amenazada constantemente. Pero no corres ni te escapas como hace 100000 años antes, sino que entras en tu oficina y te sentás en tu escritorio. Interactuás con tus colegas todo el día tratando de influenciarlos y obtener más poder.

Estás en tu juego, alineándote con con lo que apoyan tus objetivos y escaneando los que podrían destruirte. Tus ojos están siento por ciento del tiempo ocupándose de esto. Cuando volvés a tu casa, la noche ya llegó y un montón de luces parpadeantes te acompaña en el camino. Tu cerebro lucha para tratar de entender todos esos mensajes que te disparan esas luces. La gran mayoría es irrelevante. Aquellos mensajes nuevos o relevantes repercuten en tu hipocampo y quedarán guardados de manera más permanente en tu cortex. Llegas a casa y enciendes uno de tus tres plasmas o los tres, y pasás algunas horas recibiendo, enviando o monitoreando más mensajes de texto por e-mail, de internet, de publicidad, etcétera. Caes dormido en un sueño para nada restaurador, el cual es importantísimo para consolidar la información en tu memoria que podría ayudarte mañana a adaptarte mejor.

Hasta acá está muy claro que la evolución cultural del hombre lo arrincona contra cosas que no controla y ante las cuales se tiene que adaptar constantemente. Por cierto, no siempre logramos adaptarnos. Quizá por eso muchas veces debemos recurrir a psicólogos o a psiquiatras entro otras cosas. Muchos preferirían el leopardo...

La evolución biológica es concreta, acumulativa y, no intencional y, responde a las necesidades de adaptación al cambio, modificando a los organismos a largo plazo. El proceso de evolución cultural es difícil, ya que se basa en adaptaciones a cambios permanentes y rápidos.
Los cambios biológicos son la marcha bípeda, la postura erguida, el aumento del campo visual, aumento de la capacidad craneal y su complejidad, el dedo pulgar opuesto entre otras características. Los cambios culturales son la construcción de herramientas, el dominio del fuego, las creencias religiosas, las expresiones artísticas, el desarrollo del lenguaje. Desde ya, los cambios culturales son continuos y no dejan de aparecer.


El día de una mujer te hace 100,000 años


Te despertás transpirada con un bebé hambriento en tus brazos. Lo limpias y le das de comer y luego buscás algo de comida para vos. Estás peligrosamente flaca y con muchísima sed. El bebé necesita succionar de vos todo tu reservorio de grasa. Con el bebé encima te aventurás unos metros alrededor de tu área de refugio. Las otras mujeres adolescentes y chicos de tu tribu van con vos. Se acercan a un lugar donde hace unos días habían encontrado unos gustosos frutos y raíces. Cuando los niños se duermen algunas mujeres los cuidan y otras siguen recolectando frutos, semillas, raíces y a veces pequeños roedores y víboras. Todas las mujeres se mantienen cerca siempre alerta a la aparición de predadores, preparadas para pararse entre las fieras y los niños. Sin embargo nunca atacarían a predadores peligrosos y grandes. Su cortex prefrontal sabe que en un ataque a todo o nada podría dejar a sus hijos vulnerables sin protección o incluso muertos. Sin saberlo, este cuidado les permite cumplir con su objetivo en la evolución de la especie: procrear con éxito.
La banda de mujeres y chicos se pasa el día juntando comida y apoyándose mutuamente. Las mujeres se ocupan de los enfermos y aprenden con rapidez a interpretar a los demás y sobre todo a sus hijos que sólo pueden comunicarse con expresiones faciales y el contacto de ojos. Sin lenguaje hablado las mujeres pueden distinguir si lloran por hambre, irritación, aburrimiento, angustia, etcétera. Mientras cuidan a sus hijos todo el día, la oxitocina fluye por su sistema dejando las tranquilas hasta un poco sedadas, pero muy comprometidas con su tarea.
Cuando cae la noche vuelven los hombres. Alguno habrán cazado una gran presa que alimentará con proteínas y calorías a toda la tribu. Las mujeres celebran y recompensan el cazador exitoso. mientras que reaccionan tímidas y cautelosas con los frustrados para no irritarlos más de la cuenta. Las mujeres entonces elegirán al mejor macho según sus cualidades de éxito y procrearán con él. Mientras cenan y escuchan las historias de los cazadores en algún idioma las mujeres se acuestan al lado de sus hombres y con sus bebés en brazos.

El mismo cerebro 100000 años más tarde


Apagás tu alarma te duchas y vestis rápido. Afuera todavía está oscuro lo que te permite completar todas tus actividades del día. Preparás la mochila y el almuerzo para los chicos. Mirás el calendario y qué actividades tienen hoy. Firmás un permiso para una excursión y le escribís una nota a la señora que cuida a los chicos por la tarde, para que recuerde que tu hija tiene dentista y tu hijo partido de fútbol. Chequeás la heladera y anotás lo que falta y lo que podrían comer tus hijos cuando vuelvan a la tarde del colegio. Pagás las cuentas online antes de despertar a los chicos vestirlos, desayunar y llevarlos apurada a la escuela. Tu cerebro evolucionó multitask como el de tus ancestros que cuidaban a los chicos, buscaban comidas y atendían a los enfermos. Sos una genia de la eficiencia. El cableado del cerebro femenino evolucionó entonces cómo lo que se conoce por multitasking con una conexión entre los hemisferios derecho e izquierdo más importante que en los típicos cerebros de los hombres. Esto les permite hacer malabares entre las emociones, la lógica y las muy diferentes tareas diarias con más facilidad. En su día, las mujeres tienen muchas misiones críticas. Cada uno de los chicos necesitó que los despierten y re despierten más de una vez. Los dientes, peinarse. Tu hija llora porque no le gusta el vestidito qué le elegiste cuando ya están en el auto por salir a la escuela. Pero tu habilidad empática resuelve el problema con rapidez. Agarrás las laptop y el teléfono celular y encarás para la escuela. De pronto te acordás de que hoy te toca a vos buscar a otros chicos y das la vuelta. Frustrada llegás tarde a casa y a la escuela y tenés que bancar d

el enojo de los otros padres. Tomás la avenida y conductores agresivos frenan de golpe, tocan bocina y se te adelantan por donde no deberían. Tu cerebro siente esto como una situación de vida o muerte. Tu corazón late más fuerte, tu ansiedad aumenta, fluye cortisol por tu sistema. Pero tu cerebro está preparado para lidiar con peligros inminentes y ataques probables. Llegás a la oficina corriendo. Casi sin aliento entrás tarde a una reunión. Mientras presentás tu trabajo a tus colegas parte de tu cerebro continúa pensando en los chicos. ¿Les puse frutas? ¿Esos mocos serán una gripe o una alergia? Tu cerebro multitasking accede a ambos hemisferios sin mucho esfuerzo. No almorzás porque estás un poco atrasada. A las 14:30 llama la señora que cuida a los chicos. Está enferma la nena. Tu cerebro ahora lanza señales de alarma por todos lados. Los hijos deben ser protegidos es la prioridad. Agarrás tus cosas y salís disparada sabiendo que lo que diga tu jefa y otros colegas puede ser peligroso para tu carrera y te lo advierte tu cerebro. Volvés manejando rápido y chequeando la hora todo el tiempo. Vas a llegar tarde y tu respiración se agita y se hace más corta. Cada semáforo rojo te desespera. Llegás 15 minutos tarde y tus hijos están enojados y caprichosos. Dejás a la nena en el dentista y al varón en el fútbol y después volvés al dentista. No pudiste ver el entrenamiento de tu hijo ni un solo minuto. No pudiste sentarte al lado de tu hija en el dentista. Sin embargo tu cerebro disfruta del confort de tenerlos cerca. Luego llegás a casa, son las 7 de la tarde y la heladera está vacía. Estás levantada hace más de 12 horas y todavía no pudiste pasar 15 minutos de calidad con tus hijos. Los ayudás en sus tareas de la escuela y pedís un delivery de pizza, y abrir la computadora para terminar lo que no pudiste hacer más temprano. Luego de una cena de 20 minutos cada uno se va a su cuarto. Como mujer con cerebro que necesita conectar desde hace 100000 años, te sentís un poco incómoda porque no pudiste hablar con los chicos ni con tu marido, ni con tus amigos en todo el día. A las 10:00 de la noche y te acostás luego de chequear la tarea y llega tu marido mientras estás sacando la ropa del lavarropa. Hablás un ratito muy corto y exhausta te tirás en la cama a eso de la medianoche. Sueñas con amenazas y ataques simbólicos mientras tu cerebro trata de entender lo que pasó en el día.

Estas historias nos muestran con claridad como las emociones y el instinto son los verdaderos conductores de nuestro comportamiento ya sea miles de años atrás o en pleno siglo 21.
Comparando con nuestros ancestros, los cerebros de las mujeres de hoy tienen muchas más responsabilidades. Su habilidad para mantener a los suyos cerca se ve amenazada constantemente por el estilo de vida de la sociedad moderna. En lo cultural y en lo biológico queda de manifiesto que no vivimos bien; que vivimos estresados corriendo el riesgo de bajar nuestras defensas y que las mujeres están sobresaturadas de actividades. Queda en evidencia un ADN paleolítico en una burbuja de cultura, muy fácil de distinguir en la violencia cotidiana. Además de las cuestiones de género que son muy evidentes, también debemos considerar la forma en la que vivimos, es decir las ciudades, los suburbios; debemos considerar también la pobreza, etcétera. Es claro que el cambio cultural es exhaustivo.


Actividades.

Ver los siguientes videos. Elaborar una reflexión donde puedas exponer tu punto de vista.

 https://www.youtube.com/watch?v=IEUsu-m6kTY&t=29s

https://www.youtube.com/watch?v=jI6g9epDzsQ&t=110s

https://www.youtube.com/watch?v=zXfzaVcz0T8&t=135s


Libre de virus. www.avast.com

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